Maria compartía piso con dos chicos, uno se ha ido, después el otro y Maria terminó compartiendo piso con una chica. Al final de un par de meses no podía más, tenía que cambiar, tenia que ir a vivir sola. Empiezo la busca de piso.
- ¡Amiga ya tengo piso! - llamo Maria al final de unas cuantas visitas.
- ¡Amiga encontré un piso precioso! – ha vuelto a llamar Maria esa misma tarde.
- ¿Pero no tenias ya uno?
- Si, pero reservé los dos y mañana firmo uno de ellos.
Al día siguiente:
- ¿Cuál has elegido?
- Bueno, al final ninguno. No han terminado de gustarme.
Pasados unos días…
- ¡Amiga ya tengo piso!
- ¿Cuándo te cambias? - le pregunté esa tarde
- Bueno, al final he dicho que no.
Pasados unos días…
- ¡Amiga ya tengo piso!
- Me alegro, luego me avisas cuando te cambies - ya no tenia mucha credibilidad la historia de tener encontrado piso.
Pasado unos meses…
- ¡Amiga ya tengo piso!
- Maria, solo me vuelvas a decir eso una vez que tengas firmado el contracto - cada vez que había encontrado piso, en la teoría, pasaba horas describiendo el bueno y bonito que era el piso.
Pasados unos meses más…
- ¡Pero, es usted otra vez! ¿Todavía no ha encontrado piso? – dice el señor de la agencia, que había estado enseñando pisos a Maria hace 4 meses.
- Todavía non – contestaba Maria como si fuera la cosa más normal del mundo haber visto más de 100 pisos y no haber quedado con ninguno.
5 meses pasados…
- ¡Amiga tengo casa! Un piso precioso. ¿Me hechas una mano con las mudanzas? Me cambio el día 1 del próximo mes…
- ¡No me lo creo! ¿En serio?
- ¡No aguantaba más a mi compañera de piso y a la dueña del piso…
- ¿La dueña del piso?
- Si, me ha pedido si podía quedarse una noche en casa y lleva ya 3 semanas ahí…
Maria dividia casa com dois rapazes, um foi-se embora e depois o outro e a Maria acabou a dividir casa com uma miúda. Ao fim de 2 meses nao aguentava mais, tinha que mudar, tinha que ir viver sozinha. Começou a procura de casa.
- Amiga já tenho casa! - Ligou a Maria ao final de umas quantas visitas.
- Amiga encontrei uma casa espectacular! – voltou a ligar Maria essa mesma tarde.
- Mas nao tinhas já uma?
- Sim, mas reservei as duas e amanha assino uma delas.
No dia seguinte:
- Qual escolheste?
- Bom, afinal nenhum. Nao me convenceram.
Passados uns dias…
- Amiga já tenho casa!
- Quando te mudas?
- Bom, afinal disse que nao.
Passados uns dias…
- Amiga já tenho casa!
- Fico contente, logo me avisas quando te mudes - já nao tinha muita credibilidade a história de ter encontrado casa.
Passados uns meses…
- Amiga já tenho casa!
- Maria, só me voltes a dizer isso depois de assinar o contrato - cada vez que encontrava casa, na teoria, passava horas a descrever o bom e bonito que era o apartamento.
Passados uns meses…
- Mas, é você outra vez! Ainda nao encontrou casa? – disse o senhor da agência, que tinha estado a mostrar casas à Maria há 4 meses.
- Ainda nao – respondeu Maria como se fosse a coisa mais normal do mundo ter visto mais de 100 casas e nao ter ficado com nenhum.
5 meses depois…
- ¡Amiga tenho casa! Um apartamento espectacular. Ajudas-me nas mudanças? Mudo-me dia 1 do próximo mês…
- Nao acredito! A sério?
- Nao aguantava mais a minha companheira de casa, nem a dona da casa…
- A dona da casa?
- Sim, pediu-me se podia ficar uma noite lá em casa e já lá está à 3 semanas...
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